Fragmento 2 (Cap. I)

Cap. I (continuación)

Lydya se coló por el pequeño espacio dejando atrás la luminosidad del día. Esa pequeña cueva era el refugio secreto de las brujas de su familia. Su madre se lo había enseñado a ella y a su hermana cuando estas eran muy pequeñas. Y desde entonces siempre que estaba triste había ido allí.

Esta vez se dirigiera allí para recoger sus cosas. En esa oquedad estaba recogida la historia de su familia desde sus primeros antepasados. Grabados en la piedra estaban los hechizos más antiguos, magia que les había ayudado a curar enfermedades antes de que toda la ciencia se desarrollara.

La ciencia. Lydya la había estudiado en sus clases del colegio del pueblo, pero en realidad le parecía una copia barata de las habilidades que ella tenía. Muchas brujas pensaban lo mismo, pero en ella resultaba extraño ya que su padre era un científico. Cuando su madre todavía estaba la había reprendido (a ella y a su hermana) varias veces por criticar el trabajo de su padre.

Sin embargo eso ya no le importaba. Desde la desaparición de la mitad de su familia su padre se había volcado más en su trabajo, sobre todo al principio, y ella se había interesado más por él. De hecho ahora incluso lo respetaba como nunca antes había hecho.

Sumida en esos pensamientos Lydya guardó en un saquito todas las hierbas con poderes curativos que tenía y salió a recoger más. Nunca se sabía cuando le podrían hacer falta.

Pasó toda la mañana en el bosque. Sólo volvió a casa para comer. Y luego decidió despedirse de los lugares que más recuerdos le traían.

Caminó hasta la cascada y allí se encontró con un hada perdida que se despidió de ella. Visitó por última vez la cueva de la roca y por último se fue al haya del viento. Ese era uno de sus lugares favoritos. Le daba sensación de seguridad y de tranqulidad.

Cuando acabó metió las últimas cosas en su mochila y observó la casa por última vez.