domingo, 20 de mayo de 2012

Fragmento 1 (Cap. 3)

Capítulo III

Al acabar de comer Mâryam corrió a su habitación, allí cogió una bolsa de lana que su abuela le había regalado por su doceavo cumpleaños. En ella, metió la rama que había conseguido para su varita.

Desde siempre el cerezo había sido el árbol de su familia, a la entrada de su casa había uno que sus antepasados plantaron al llegar al lugar. La joven se podía pasar horas mirando para él, sin pensar en nada... Ese era el motivo por el que lo había escogido.

Antes de que comenzara la siguiente clase tenían algo de tiempo libre. Lydya, Mâryam y Anÿa decidieron explorar un poco los alrededores de su habitación. Por el contrario sus compañeras de dormitorio decidieron quedarse en este, aunque por motivos diferentes.

Las gemelas querían repasar los hechizos más complicados que sabían. Kytty, por el contrario dijo que necesitaba urgentemente una sesión de maquillaje.

Mâryam también deseaba pasar un rato a solas. Ella nunca había estado tan rodeada de gente, y ahora, no podía pensar en otra cosa que alejarse del resto de brujas. Sin embargo sabía que era correcto pasar un tiempo con sus nuevas... ¿podía llamarlas amigas? Ella todavía no tenía respuesta.

Así que hizo un esfuerzo e intentó ser sociable, pero al cabo de un rato las otras dos comenzaron a mirar cada vez más para ella, poniendola muy nerviosa.

- ¿Qué pasa? - Preguntó asustada.

- ¿Te encuentras bien? Pareces no sé, un poco incómoda, asustada tal vez... - Le contestó Lydya mientras la otra asentía.

Dándose cuenta de que no había logrado esconder su deseo de estar a solas decidió decir la verdad:

- Sinceramente, me siento rara. Nunca antes había estado tanto tiempo con gente y me siento algo incómoda, es como que me apete estar un rato a solas... No os lo tomeis a mal, me caeis bien, pero....

Se hizo un silencio algo incomodo en el lugar, que fue roto al cabo de unos segundos por la risa clara y cristalina de Anÿa.

- Es totalmente comprensible. Ha sido un cambio muy brusco para todas y, si estas habituada a la soledad es normal que quieras un tiempo para ti sola. Yo por ejemplo estoy acostumbrada a estar con mis hermanos por lo que ahora siento que falta alguien. Así que vete... Despejate y no te preocupes. Si necesitas algo sabes donde encontrarnos...

Aliviada Mâryam se despidió de ellas y se adentró en el bosque en la dirección contraria. Diferentes tipos de árboles la rodearon en seguida, haciendo que se sintiera pequeña e insignificante a su alrededor.

De vez en cuando se cruzaba con otra bruja a la que saludaba respetuosamente con una inclinación de cabeza como marcaba la tradición, pero básicamente estuvo sola en todo su paseo.

De pronto el bosque empezó a aclarear y se encontró en un pequeño claro iluminado por el sol. El lugar era muy acogedor. Tranquilo, solitario y sobre todo, perdido en medio de la nada. Podría ser su nuevo escondite secreto, pensó con una sonrisa aflorando a sus labios.

Corrió hasta el centro donde se tumbó en la hierba. Allí se estaba tan agusto que incluso podría dormirse.

Se levantó de golpe. No podía sucumbir al sueño. Ya faltaba poco para la proxima clase y tenía que volver al claro.

Se apresuró a sumergirse de nuevo en el bosque y se dio cuenta de que no sabía el camino de vuelta. Estaba perdida.

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